25 de julio de 2019. El día en el que muchas ganas, sacrificio e ilusión se veían reflejados en un papel. Un papel que supone un gran paso para todos los que dan vida a Extravaganza Communication, la consultora de Marketing donde llevo creciendo como Marketiniana desde 2016.
Lo reconozco, soy malísima para las fechas. Pero hay algunas que no se me olvidan nunca. Entre ellas está el 11 de diciembre de 2016. Hace casi 3 años comencé mi aventura en Extravaganza. Tuve que tomar la decisión de cambiar la empresa donde estaba en ese momento de prácticas (la cual me encantaba y me sigue encantando), por dar un paso brutal: comenzar a trabajar en una agencia que llevaba unos dos años funcionando, y con 3 personas en el equipo.
Será que me gustan los retos, pero me encantó lo que ví, la energía que sentí y el trabajo que se hacía en la agencia donde todo era rosa y se respiraba amor por el marketing. Yo venía con las pilas cargadas y teniendo bien claro que el marketing era mi pasión. Después de una entrevista en español, una prueba con un caso práctico, y la gran entrevista final en inglés… recibí la llamada de Azahara Benito diciéndome que era la elegida.
Ahí empezó todo. Aún recuerdo los exámenes que me hacía la jefa para saber si entendía bien todas las tecnologías de los clientes: ¿Qué diferencia hay entre firma digitalizada y electrónica? ¿Qué es el iot? ¿Qué diferencia hay entre Machine Learning y Deep Learning?… Dosis de tecnología por doquier y yo… ¡feliz y alucinando con las empresas tan top que había! ¡Qué de cosas nuevas e increíbles estaba aprendiendo! Viafirma y Geographica eran mi día a día.
Azahara Benito me fue inyectando el amor por la filosofía inbound y poco a poco, iba teniendo la oportunidad de tomar más responsabilidades y ejecutar más tareas distintas. Yo era feliz.

Casi 3 años después en Extravaganza, sigo siendo feliz. Como Key Account Marketing Manager, donde gestiono cuentas, ejecuto, y donde se hace de PR o parte del equipo de RRHH si hace falta.
Hemos pasado muchos momentos malos, ¿por qué no decirlo? Parece que todo el mundo siempre habla solo de lo bueno, pero hemos pasado muchos momentos de no llegar (como cuando se implantó la querida RGPD) y quedarnos hasta las 11 de la noche en la oficina… ¿y qué? Nos apoyábamos en equipo y salía todo bien. También muchos momentos malos personales… pero lo bueno de todas las personas que formamos el pink team es que, siempre si uno no está al 100%, el resto sumamos un poquito más para que todo esté bien. Porque si algo hace grande a Extravaganza es la gente que lo forma. Y cada momento malo o regular nos ha hecho más fuertes. Aprendizaje.

Pero sin duda, los momentos buenos los superan en número con creces. Tenemos la suerte de tener los mejores clientes del mundo. A los que cuesta llamarles clientes cuando los consideras familia. Todos siempre a una. Tenemos también colaboradores y mentores que son maravillosos.Y los viajes a eventos internacionales a los que nos invitan ¡me encantan! Han pasado algunos compañeros por Extravaganza que ya no están, pero todos maravillosos y que han formado parte también de la aventura.
Y los que están ahora… ¡ayyyy mis compis! Hacen tan bonito el ir a trabajar cada día. Cada uno cañero a su manera, pero Extravaganza echa chispas de la energía que desprende. Y aprendo cada día de todos, y eso me encanta. Crecer juntos, ir de la mano. Hoy estamos buscando una oficina más grande porque esta a la que nos mudamos en noviembre en el PCT Cartuja, ya se nos queda pequeña.

Por último, solo puedo dar las gracias a todos los que me han acompañado y me siguen acompañando en esta aventura tan bonita. A mis compis. A los clientes. A mi familia que tanto me apoya siempre. A Carlos que me hace cada día más fácil y que además de ingeniero se ha convertido en un experto marketero. Y por supuesto a mi super jefa, a Azahara Benito, porque Extravaganza ya no es solo un nombre comercial, ya es una Sociedad, y ha querido contar conmigo para ello. Gracias por todo jefa, compañera, «sosia», amiga.

Si te quedas con ganas de saber el punto de vista de Aza y cómo empezó Extravaganza, sigue leyendo aquí 😉